sábado, 24 de septiembre de 2016

Un hombre casado dejó a su amante embarazada. Nueve meses más tarde recibe una postal y se desmaya

En el mundo del amor las complicaciones siempre están a la vuelta de la esquina aunque la relación sea estable y tenga muchos años siempre estará rondando el fantasma de la infidelidad por aquello de la rutina o que el amor se acabó pero deben seguir juntos por conveniencias económicas o sociales.
En esta historia no sabemos cuáles serían las razones que hicieron que este hombre siguiera con su esposa y la amante con la que tenía mucho tiempo de relación extramarital, pero aquella hermosa tarde mientras tomaban un café en la cafetería de siempre ella le confesó que estaba embarazada.
El hombre estaba desconcertado pues esto le complicaba su situación ya que él no estaba dispuesto a terminar con la relación con su esposa y le pidió encarecidamente que como su origen era italiano, se fuera a ese país a pasar su embarazo y dar a luz que él se encargaba de mantenerlo y suplirle todo lo que ella y el bebé podría necesitar.
dep spaguetisEl hombre con tal de mantener su matrimonio estaba dispuesto a darle un buen pago en metálico y su compromiso de mantener al niño hasta que cumpliera 18 años de edad y pudiera ser independiente.  Ella lo pensó y al día siguiente le dio la respuesta.
La mujer sin dar a conocer sus sentimientos aceptó la propuesta del amante, pero antes de partir se volteó y le preguntó y como te aviso que  el bebé nació, el hombre le propuso que le enviara una postal con la palabra espaguetis de modo que su esposa no sospechará nada y su secreto pudiera seguir a salvo.
Postal espaghetisPasaron los meses del embarazo y  a los pocos días de la fecha esperada  una tarde al  llegar  el hombre después del trabajo regresó a su casa y la esposa le comunicó que le había llegado una postal de Italia muy rara, que ella no entendía.  Cuando el hombre la tomó en sus manos al terminar de leerla inmediatamente se desmayó por la impresión del mensaje de la postal.
Al caer el hombre la postal quedó al descubierto y el mensaje no podía ser más aterrador, decía espaguetis, espaguetis,  espaguetis, espaguetis. Tres con bolas de carne y dos sin ellas. Por favor envíame más salsa.
Las cosas se salieron de lo normal y el hombre ahora más que nunca tendrá que trabajar mucho para poder mandar mucha salsa para  los espaguetis de Italia.

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