Es viernes por la tarde en Florida, EEUU. La gente conduce agitada después de la jornada laboral, los autos repletan las calles y la ciudad es un verdadero caos.
El pabellón del doctor Siamak Aghaestá ubicado en la zona de mayor tráfico vehicular, sin embargo, la situación al interior es muy distinta a lo que ocurre en el resto de los lugares: silencio absoluto, concentración, y profesionalismo.
El cirujano hace el último punto en la piel enrojecida de su paciente, da un respiro profundo, y termina la sutura. La operación es un completo éxito, la enfermera asistente observa el trabajo del hombre y no logra disimular el asombro.
El cirujano hace el último punto en la piel enrojecida de su paciente, da un respiro profundo, y termina la sutura. La operación es un completo éxito, la enfermera asistente observa el trabajo del hombre y no logra disimular el asombro.
-Quítame los guantes, Jessica. -Pide el cirujano.
La enfermera reacciona y tira del látex para descubrir las manos de su jefe. El hombre toma fotografías del levantamiento de glúteos que le acaba de realizar a su aún dormida pacientey luego abandona el pabellón.
-Ábrete Instagram… -Piensa sentándose en su escritorio mientras espera a que la página cargue en la pantalla del computador. Bebe un sorbo de agua, se apoya en el respaldo del asiento y cuando el sitio web finalmente terminó de cargar, publica las imágenes de su trabajo para que sus más de 3,000 seguidores puedan verlas. La carrera de Likes comienza y el Dr Siamak está contento.
Y es que el hombre no sólo hace bien su trabajo, sino que además utiliza una técnica quirúrgica poco ortodoxa pero altamente eficaz: extrae la grasa no deseada de sus pacientes y la recicla para realizarles levantamiento de glúteos. Los resultados, a juicio de quienes se han sometido a la operación, son fascinantes.

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